Felipe II mostró gran interés hacia los jardines, prueba de ello son los impactantes vergeles que mandó construir, como el Jardín de la Isla de Aranjuez, con varias especies vegetales traídas desde diversos puntos del mundo, y que mucho tenían que ver con la tendencia de la época a vincular la arquitectura con la naturaleza.
Los jardines de su gran proyecto, el Real Monasterio de San Lorenzo de El Escorial, se alzarían también con detalle y cuidado para cultivar alimentos y embellecer los aledaños del edificio, en ellos podemos observar un estanque de grandes dimensiones que ofrece unas espectaculares vistas del Monasterio y refleja su grandeza en el agua, como si se tratase de un espejo en el que el edificio muestra vanidoso todo su esplendor.
El padre Sigüenza documentaría con especial interés todo lo relativo a los jardines y huertos del Real Monasterio, que serían de gran importancia por la cantidad y la calidad de las especies en ellos albergadas, tal y como dictan sus escritos: “Vense aquí infinitas variedades de plantas, arbustos y yerbas, que dan gran copia de flores, que en invierno y en verano no faltan jamás”.
En la actualidad el jardín se encuentra poblado con especies de boj dispuestas de forma geométrica, formando calles con fuentes en el centro. Además de la preciosa Galería de Convalecientes, que servía para aislar a los enfermos en épocas de pandemia, desde el propio jardín se puede ver la huerta que todavía hoy pertenece a los frailes, y que luce preciosa en febrero cuando florecen sus almendros. Si dirigimos la vista al fondo, podemos observar las montañas de Los 3 Ermitaños y El pico del Fraile que se alzan imponentes, haciendo una armadura natural que cobija al Real Sitio.
Se pueden visitar los jardines desde las 10:00 hasta las 18:00 cualquier día de la semana excepto los lunes, que permanecen cerrados al público.
Texto: Paloma Domínguez